Es como una adicción, al menos está convirtiéndose en eso, ya hacía muchas noches que no lloraba, que canciones como “All my roots stuck in here” no me hacían llover… pero hoy el día está plagado de neblina densa que se filtra entre mis huesos y disminuye mi temperatura ¿Cómo? Es la pregunta que me hago cada mañana y espero todo el día con la esperanza de hallar una respuesta; no la encuentro, no hasta ahora y creo que no por mucho tiempo.
Trato de confundir los recuerdos y teñirlos de gris para no valorar ni rescatar lo peligroso por un tiempo, solo por un tiempo… y aunque diga y trate de convencerme de que es mejor ignorar y caminar sé que no va en serio, sé que es solo la barata retórica que quiero imitar para no pensar. ¿Cómo? Es la pregunta que me vuelvo a hacer ante ustedes, rogando por una respuesta o una pista que me lleve a ello… No miento al decir que es como una droga, dulce por un tiempo, ácida en los momentos de crisis como una gastritis existencial, pero ¿Acaso lo ácido no nos gusta? sí, nos sigue gustando hasta que se torna amargo, es ahí cuando reflexionamos y pende de un hilo saber si vale la pena el esfuerzo o no…
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