miércoles, 7 de julio de 2010

Insomnia

3 de la madrugada, el reloj no deja de hacer su paranoico sonido tic toc, tic toc,… ya fue hace mucho tiempo y el orgullo corre entre mis diarios, entre las páginas adornadas por inservibles dibujos de niñas, dibujos que tú y yo criticábamos cada vez que leíamos aquel cuaderno. ¿Recuerdas las vocecitas? Espero que sí, eran graciosas y chillonas como mi voz, ¡Vaya cuanto te reías de mi voz! No sé si alguna vez la llegaste a disfrutar, prefiero no preguntártelo ahora. ¡Bendito diario! Que aunque estaba lleno de cosas tontas y triviales a ti y a mí nos divertía leerlo echados en tu cama con nuestros vasos de jugo como si fuéramos amiguitos desde hace mucho tiempo, por alguna razón del mundo que no sé explicar cuando lo recuerdo aparece en mi cabeza el número 4, ¿Qué significará? No tengo ni la más mínima idea, tampoco pienso buscar el significado le dejaré esa tarea al tiempo, como siempre te lo dije: “El tiempo lo revela todo” y ahora tu lo complementas con esta sabia frase: “ la mejor forma de hacer las cosas es no pensando mucho en ellas”, justo por eso dejaré que las cosas fluyan como si fueran el agua del caño (no se sabe a dónde van, ni cómo son los caminos que pasa, pero podría sorprenderte la forma en que regresa o se disipa).
Quizá no exista una explicación lógica para todo, ni para todo exista explicación ilógica
Y el mundo gira en torno a claves
Ahora entiendo porqué solías escribir en las noches…

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